La tormenta de fuertes vientos y lluvia que se desató sobre nuestra zona y alrededores los días 13 y 14 de setiembre, nos dejó podríamos decir dos tipos de secuelas: por un lado sus consecuencias sobre los bienes y las personas y por otro lado experiencias y enseñanzas para enfrentar este tipo de siniestros. Pudo ser peor, por suerte no hubo víctimas, ni heridos, ni lastimados.
Este temporal podríamos calificarlo como algo atípico, charlando con vecinos más antiguos en la zona nos manifestaron que no recordaban algo similar, pero seguramente está inscripto en el gran cambio climático que sufre nuestro planeta y del que nuestra zona no está exenta, lo que nos debe poner en alerta de que este tal vez no sea el primero ni el último sino que podría repetirse y con mayor intensidad. Sin ser pájaros de mal agüero tenemos que decir que “debemos estar preparados para lo peor”.
Los inconvenientes y destrozos producidos por el temporal fueron múltiples: 6 voladuras de techos; gran cantidad de árboles caídos, un árbol sobre un Renault 12 break sin ocupantes al que literalmente le juntó el techo con el piso, otro árbol sobre la entrada de una casa y un coche estacionado, varios árboles cortaron el tendido eléctrico, en un caso quedando los cables cortados sobre el techo de una vivienda; el corte total del suministro eléctrico especialmente en la zona atendida por EDEA, que en algunos lugares tardó una semana en devolver el servicio; la incomunicación de la telefonía móvil; la falta de agua potable en algunos sectores; gente atemorizada, asustada y algunas en estado de pánico. Hasta aquí un resumen sucinto de la secuela en el orden material y emocional.
El decreto 4601/90 de la Provincia de Bs. As, en su Cap. 1 Art 7° dice “Cuando la magnitud de un siniestro involucre la participación conjunta de varios Cuerpos y otros Servicios de Protección, la Defensa Civil asumirá la coordinación del evento a los efectos de proveer la apoyatura logística indispensable.” Y por ende el jefe del Ejecutivo por sí deberá asumir la Jefatura de la Defensa Civil, en este caso le correspondería al Intendente Carlos Arroyo. De acuerdo a algunas versiones se habría reunido un Comité de Emergencia con la presencia del Intendente, desconocemos cuando se reunió, donde se reunió, quienes participaron, lo que podemos afirmar es que siendo los Bomberos Voluntarios de Sierra de los Padres el Cuerpo mejor capacitado y equipado para la circunstancia en la zona, en ningún momento fue convocado ni para este Comité, ni para coordinar tareas, ni siquiera contactados para preguntar si necesitaban de algún suministro para poder realizar su trabajo, trabajo que de todos modos realizaron con la habitual eficiencia a la que nos tienen acostumbrados.
El Cuartel de Bomberos durante los dos días del temporal contó con la presencia de 35 bomberos en forma constante y alrededor de 50 que participaron de los servicios. Sólo el día 13 atendieron más de 300 llamados telefónicos y realizaron 43 servicios, para tener una idea de la magnitud de su tarea normalmente el promedio es de 35 servicios mensuales y no todos de emergencia como en este caso.
En Arbolado Urbano no atendían los llamados telefónicos, podrían haber colaborado trozando los arboles caídos, derribando los que tenían peligro de caerse, prevención que nunca realizan, se supone que su tarea no es solamente dar Permisos de Poda y Corte, un árbol de los que cayó en el temporal sin más consecuencia que el corte de unos cables eléctricos, había sido denegado un mes atrás, a su propietario, el Permiso de Corte.
La Cooperativa Eléctrica de Laguna de los Padres, pudo solucionar rápidamente los problemas que se le presentaron, sus usuarios solo debieron soportar algunos cortes parciales y de menor duración.
Edea tenía los teléfonos saturados, como bien sabemos los que dependemos de su suministro, caen dos gotas de lluvia y nos quedamos sin luz, no podemos pedirle peras al olmo, veintitantos años sin invertir un peso lo pagamos los usuarios como de costumbre y de paso, nos aumentan las tarifas en forma exorbitante, “quelevachache, que siga el baile”.
La Cooperativa Sierra de los Padres, proveedora del agua potable, como toda respuesta a lo que estaba sucediendo manifestó “ya no tenemos Guardia de Emergencia” y ante la insistencia “mañana ponemos en marcha los generadores”. Y para completar el cuadro al estar cerrado el ingreso a la cooperativa y ante la necesidad de los técnicos de Claro de hacer arreglos en la antena que tienen en la torre tanque para restablecer el servicio de telefonía móvil (tan necesaria en una emergencia) la remataron de taquito, alguien dijo “estaba durmiendo yo no puedo ir a abrirles”.
La Delegación tampoco respondía los llamados, y permanecía cerrada, según algunos comentarios en las redes sociales habrían salido a repartir agua potable, a dar una mano en el zoológico y a cortar un árbol en el parque de la casa de un inspector municipal que reside en la zona.
Por acá Defensa Civil, ausente sin aviso, tal vez Mar del Plata les ocupó todo el tiempo.
Este pequeño resumen nos muestra la inocultable falta de preparación y organización de las autoridades para enfrentar este tipo de emergencias, es de esperar que la presente experiencia les haya servido para reflexionar y preparar a personal idóneo y contar con los recursos necesarios.
“Solo la organización vence al tiempo” alguien dijo alguna vez. Prevención, Organización, Administración de Recursos Materiales y Humanos, esperemos.
¿Usted Cree?, me dijo una vecina.
Por Francisco Pedro D’Elía
Deja un comentario