La saladita serrana

Mientras cada fin de semana de sol la Gruta se llena de turistas y excursionistas, mientras el Obispo la bendice dirigiéndose a la Virgen ahí entronizada como Nuestra Señora de los Pañuelos, mientras muchos comerciantes locales se desloman para pagar cuentas y mantener sus locales, algunos feriantes de la Gruta se sienten dueños del lugar con derecho a decidir quién entra a la feria. Y mientras algunos vecinos esperan desde hace más de un año que les aprueben un permiso en el Concejo Deliberante para hacer su puesto, el Delegado Marcelo Carrara autorizó a una feriante que compartía su puesto y que vendió su mitad a construir uno nuevo, directamente y sin plumazo.

Mientras cada fin de semana de sol la Gruta se llena de turistas y excursionistas, mientras el Obispo la bendice dirigiéndose a la Virgen ahí entronizada como Nuestra Señora de los Pañuelos y se programan Misas y rezos del Rosario, mientras muchos comerciantes locales se desloman para pagar cuentas y mantener sus locales, algunos feriantes de la Gruta se sienten dueños del lugar, porque están hace años, porque la mantienen limpia, porque ponen tachos de residuos, porque ponen baños químicos, porque pagan un canon anual de dos mil pesos. Muchas de esas cosas y más las hace cualquiera en su lugar de trabajo, sin embargo ellos creen que eso les da derecho a decidir quién entra a la feria.

Posiblemente se trata de una promesa irresponsable y de una iniciativa trunca, pero fue una de las pocas coherentes que inició la ex delegada. Hablamos de puestos de trabajo para nuestros vecinos. Todo comenzó año y medio atrás cuando la por entonces delegada Marinier haciéndose eco de la solicitud de artesanos serranos realizó una selección de artesanos lugareños que reunieran determinadas condiciones, quedaron en lista un total de 15 o 16 solicitantes, no iban a incluirse personas que ya contaran con un ingreso estable como trabajadores en relación de dependencia o autónomamente comprobable, efectivamente debían ser artesanos, no debía repetirse rubro, ni podía tener el solicitante una actividad comercial.

La iniciativa entró en la Comisión de Promoción y Desarrollo del Concejo Deliberante, presidida por el Concejal Bonifatti quien la durmió en un cajón durante más de un año, momento para el cual esa lista producto del desgaste natural de no poder esperar y seguir cumpliendo el requisito de no registrar un ingreso estable como trabajador se redujo a cuatro solicitantes y que se resuelve recién éste mes con la concesión de cuatro permisos y dos puestos para compartir. El asunto siguió curso y pasó a la comisión de Obras presidida por Cristina Coria, donde fue tratada y aprobada rápidamente. Aún resta que lo aprueben en dos Comisiones más y luego se vote en el recinto.

A esta altura podemos afirmar que no tienen prioridad los artesanos de Sierra. Varios son de Mar del Plata. Y muchos, de hecho, no son artesanos sino revendedores, venden productos industriales. De manera que la feria es poco serrana y poco artesana. Suerte es que los comerciantes que pagan alquileres, expensas, servicios y abultados impuestos en los paseos comerciales hasta ahora no hayan reclamado a la municipalidad por la competencia desleal que representan los feriantes que en definitiva venden lo mismo que ellos.

Además, algunos tienen negocios comerciales en Mar del Plata y otros no hacen un uso pleno de sus puestos y se ausentan bastante más de lo que se acuerda. El domingo 24 un día espléndido, miles de visitantes y habían dos puestos vacíos, dos puesto que no estaban ocupados.

 

INTERESES ENCONTRADOS Y PRESUNTAS FACCIONES
Muchos de los feriantes actuales, algunos de los que revenden y tienen negocios en Mar del Plata, se oponen a que ingresen más, no quieren compartir el espacio con nadie nuevo, se oponen férreamente a la competencia y en las reuniones son hostiles y hasta violentos verbalmente comentaron quienes aspiran a ingresar. Pero además el mismo Concejal Bonifatti fue víctima de ese mal trato cuando en su Comisión se aprobaron las autorizaciones, le dijeron varias cosas menos bonito. En cambio los artesanos, tal vez la minoría, no tienen problemas con el ingreso de nuevos feriantes.

COMPRA Y VENTA
Pero tan puntillosos que son algunos Concejales y funcionarios, los puestos en la Gruta tienen precio, por supuesto las operaciones son bajo cuerda, no legales ni oficiales, hablan de 40 mil pesos el puesto, obviamente quienes los venden habían invertido en su construcción. Pero son ventas no reglamentadas y autorizaciones que no pasan por el Concejo Deliberante.

UN PUESTO NUEVO Y AUTORIZADO POR EL DELEGADO
Pero a todo esto, a que los “viejos” feriantes se creen dueños, a que algunos Concejales a discreción pretenden establecer quienes entran y quienes no y si es una feria artesanal o un paseo turístico podemos cantar BINGO!
Porque el Delegado Municipal Marcelo Carrara, autorizó a una feriante que compartía su puesto y que vendió su mitad a construir uno nuevo, esto fue hace poco más de un mes, de hecho todavía está sin pintar, lo peor es, que mientras tanto, otros peregrinan desde hace un año y medio por el Concejo Deliberante.
Mientras Santiago Bonifatti señaló textualmente “la irresponsabilidad de la ex delegada de Sierra a la hora de prometer sobrepasándose en sus facultades lo que por sí sola no podía cumplir, la incorporación, el permiso y los locales para esos 15 o 16 artesanos serranos alistados para ingresar a la feria”, Carrara directamente lo autorizó y sin plumazo.

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