EDITORIAL: Tiempo al tiempo

Si bien los argentinos, al igual que en nuestra zona y en Mar del Plata, votaron mayoritariamente por un cambio, a la hora de hacerlos parece que les cuesta adaptarse o asumirlos.
Más allá de la falta de información con la que todavía no cuentan para estar a favor o en contra de la formación de un nuevo, o muchos nuevos municipios, ya empiezan a enrolarse en una u otra fila.
Entendemos que para los marplatenses sea dura la idea de perder el patio trasero de la casa, lugar donde hacen picnics en nuestras veredas, cortan las plantas que plantamos y cuidamos e incluso abandonan a la mascota que ya no quieren en el departamento.
Pero cuando se habla de un nuevo municipio no se refieren puntualmente a las 400 hectáreas de la localidad de Sierra de los Padres, sino a toda una zona de casi 60 mil hectáreas, que representan aproximadamente el 40 por ciento del Partido de General Pueyrredon. Una zona conformada por muchos barrios y por localidades como Gloria de la Peregrina, con una actividad comercial tanto o más importante que la de Sierra.
Están los que se preocupan por los gastos que generará la conformación de un una comuna nueva e independiente de Mar del Plata, nada se compara con una planta de más de 10 mil empleados municipales, de los cuales son más los administrativos y caciques que los que realmente brindan servicios genuinos a los vecinos.
Se calcula que de los municipios de la provincia vuelve a las delegaciones entre el 5 y 10 por ciento de los recursos que las delegaciones aportan a sus administraciones.
Los reclamos son históricos, exceden a la falta de limpieza, los cortes de pasto, la reparación de calles y caminos, la falta de luminarias, y empeoran cada día, no vemos avances en el área de la salud ni la educación, ni en espacios para contener a niños y jóvenes, más bien retrocesos.
Mientras el ex Intendente Pulti comenzó la construcción de cinco polideportivos, acá qué vino, nada, ni siquiera construyeron la pista de skate que votamos en un presupuesto participativo. En el año 2008 se votaron 80 mil pesos para equipar la sala y qué equiparon, nada.
Ahora el actual Jefe Comunal trajo 5 ambulancias nuevas, él mismo había reclamado como Concejal una para nuestra delegación, y ahora que la podía traer qué trajo, nada.
Los marplatenses podrán no querer que nos separemos y es entendible, pero los que habitamos la delegación, qué perdemos si nos separamos, nada. Nada de nada.
En cambio, con la separación, ganaríamos en servicios, no sólo públicos, porque nos sentaríamos cara a cara con los empresarios del transporte, con EDEA, con Camuzzi, con las Cooperativas para que extiendan sus servicios que hoy se ven restringidos por Ordenanzas y condiciones que les imponen en Mar del Plata sin conocer las necesidades ni problemáticas de la zona. Tendríamos más fuerza para tener al menos un Banco, un Juez de Paz, para exigir de manera directa a la provincia más seguridad.
De todas formas esto recién empieza, hacen falta relevamientos, estudios de factibilidad, presentar un proyecto en la legislatura y esperar que lo aprueben, faltan años.
Y en ese camino tenemos que seguir exigiendo al municipio todo lo que el municipio tiene la responsabilidad y la obligación de atender y brindarle a la delegación.
Cómo vamos a preocuparnos porque la separación haría que aumenten las tasas, más vale preocupémonos porque ya aumentan el 40 % la Tasa de Servicios Urbanos en Mar del Plata y a acá llegan los aumentos pero no los servicios.
Hace falta más información, más tiempo para pensar, para tomar una postura, esto no va a ser mañana pero sí puede ser el futuro.
No se trata de un puñado de puestos de trabajo o de más funcionarios, se trata de administrar lo nuestro, de más y mejores servicios y sobre todo de más y mejor calidad de vida.

Miriam Leo
miriamleo @ sierradelospadres.com.ar

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