Editorial: Serranos por elección

Cada pueblo, ciudad, terrunio, tiene aún en el disenso, incluso en la diversidad de costumbres e ideas, cosas que los unen, los identifican, los hacen sentir parte de un lugar.
Desde los que nacieron en la zona, aunque en sus documentos figure General Pueyrredon o Mar del Plata, los que están hace muchos años o los que llegamos hace poco, tenemos, a pesar de las dificultades, un sentimiento de cariño y orgullo por nuestro barrio y nuestra zona. Cuantas veces escuchamos decir es mi lugar en el mundo o no cambio este lugar por nada, amo la Sierra…
Decimos que somos serranos, porque las sierras y lomas nos identifican, nos envuelven, nos acunan. En los valles descansamos nuestra mirada y trabajamos la tierra. Plantamos, vemos como todo crece día a día y nos retroalimentamos.
Tierra rica, agua pura, paisajes hermosos, podríamos pensar que no puede ser mejor, pero en lo cotidiano no nos alcanza, porque nos falta cubrir necesidades que en las épocas que corren podríamos decir que son básicas.
En Gloria de la Peregrina también quieren gas natural, todos sentimos que deberíamos tener más caminos pavimentados que nos acerquen, que permitan que los medios de transporte no sólo circulen por la ruta. Necesitamos más que una salita con médicos y guardia, necesitamos un Centro de Salud en serio, donde nos podamos hacer una radiografía, un análisis o una simple sutura, con una maternidad donde puedan empezar a nacer nuestros bebés.
Necesitamos un banco para que nuestros abuelos no tengan que hacer 50 kilómetros para cobrar su jubilación, sí 50, 25 de ida y 25 de vuelta, también para los comerciantes, quinteros, empresarios. Necesitamos un Juez de Paz, una fiscalía, un registro civil. 50 kilómetros o más nos separan de una cabecera a la que apenas le da la cabeza para pensar en sí misma.
Sabemos que a los marplatenses esto los asusta, y que a los serranos la idea del cambio les puede despertar muchos miedos. Pero, si buscamos resultados distintos, no podemos seguir haciendo siempre lo mismo, el cambio es necesario, es el único camino si queremos estar mejor.

Los marplatenses siempre tendrán las puertas abiertas, no vamos a construir un muro, los vamos a esperar con mejores calles y caminos, con mejores lugares, con más servicios, hasta con mejor ánimo y con el afecto que se le tiene a un buen vecino.

Los serranos tendremos que aprender a dejar nuestros miedos de lado, lanzarnos a lo nuevo y esperar que todo mejore, porque de algo estamos seguros, peor no podemos a estar.

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