Editorial: Las callecitas de Sierra

En nuestras primeras publicaciones, y el mes que viene sale la número doscientos, periódico mensual, algún mes no salió, el 13 lo salteamos, así que calculen, había una pequeña sección que se llamaba “Las callecitas de Sierra”, estaba acompañada siempre con la foto de algún pozo monumental. También había humor y uno de los temas preferidos eran las calles. Después nos dejó de parecer gracioso, nos aburrió un poco y dejamos de hacerla, pero nunca perdió vigencia.
El tema de las calles en toda la zona, la falta de iluminación, los vecinos que se quejan porque no pueden salir de sus casas o llegar hasta su puerta con su auto, son reclamos permanentes. A eso podemos sumarle que por las mismas razones el recolector de residuos no puede llegar a todos lados y que para los que van a pie a tomar el colectivo o a hacer un mandado o llevar a los chicos al colegio, se convierte en una travesía todo terreno, pero sin la 4×4.
Pero no es lo único que está mal y en 19 años no vimos que mejore, también los servicios siempre restringidos en salud, en ese momento peleábamos por un médico las 24 horas en la salita, después por la ambulancia y ahora que creemos que tenemos las dos cosas, igual no funcionan, no sabemos si están o no están, no podemos saber si cuando los necesitemos van a responder.
Pedimos un banco y nos mandan más cajeros, como siempre habrá que conformarse y repetir “es mejor que nada”. Las cosas o llegan por goteo o no llegan.
Pero las tasas que pretenden cobrarnos por los servicios que no nos brindan, esas son las mismas que en Mar del Plata, las mismas que en La Perla o Los Troncos. Los aumentos son los mismos. R7, residencial. Ahora como llegamos a nuestras residencias, ese, no es un problema del municipio, ese es nuestro problema.
Lamentablemente, no tiene solución, podrán hacer un arreglito por acá, otro por allá, pero no tienen los medios, ni los recursos y a veces pensamos que tampoco las ganas para resolverlo. No parece posible que esto cambie.
Somos parte de un municipio fundido, mal administrado por décadas y empeora cada día. Un municipio gigantesco, con una ciudad cabecera como Mar del Plata, que aun fagocitándose todos los recursos que tiene y los que no tiene, no puede mantenerse a sí misma. Porqué tendríamos que creer que se van a ocupar de nuestra delegación, de las calles, de nuestra salud, de nuestra calidad de vida. Las cosas cambian o no y a veces para que algo cambie, tiene que cambiar todo.

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