Y todo empezó con un “diarito”…

Por Carlos Vazquez
Ex editor

Un día de abril de 1999, un jueves santo más precisamente, el fitito brillante del dibujante Don Francisco Moreno salía casa por casa –eran muy pocas- a repartir el primer diario de la Sierra de los Padres. Se llamaba Sierra News. La verdad que ni a nosotros nos gustaba la adaptación mestiza de ‘noticias de Sierra’ pero como la idea era aportar para abrir la participación en un lugar donde algunos vivían con miedo, porque una mafia “martillera-cooperativista” manejaba los hilos de la comunidad, desde Mar del Plata, como patrones de estancia, hicimos una votación para cambiarle el nombre entre los lectores. ¡Con urnas y todo! “Insolentes, desvergonzados, cómo se les ocurre hacer votar a la gente” nos dijeron. Y otras frases que siguen vigentes como “acá vinimos a vivir tranquilos”. Y la gente votó, al “diarito” como le decían para bajarnos el precio, le quedó de nombre el que eligió la mayoría, Nueva Sierra.

Al principio pensamos que la marejada de ataques a nuestra familia era por neofobia –el temor a lo nuevo- pero luego descubrimos con los sucesivos números que iban saliendo donde publicábamos la corrupción reinante y lo firmábamos, que en realidad estaban cuidando su kiosquito. Y empezó la ola de rumores. Todos sabemos que el rumor y el chusmerío, es el antecesor del Facebook. Nos inventaron mil historias sin importar si atrás había una familia, hijos o qué. Pero acá estamos, celebrando 20 años de vida, dando la cara y ellos están escondidos o se fueron. El amor vence al odio, dijeron por ahí.

Esto es un festejo, no vamos a fastidiar y fastidiarnos contando todo lo que soportamos y aún hoy algún nostálgico quiere reflotar. Para hacer periodismo hay que tener espalda y estómago si lo que se busca es la verdad. Después está el otro periodismo, el acomodaticio, el obsecuente del poder, y el que ostenta poder imponiendo su peso. Por eso es legítimo hoy recordar el crecimiento y los logros que le siguieron a Nueva Sierra.

MÁS MEDIOS, MÁS DEMOCRACIA
En la zona había una radio, FM Rural o algo así, otro periodista nacido y criado, Jorge Juárez, nos invitó a acompañarlo en su programa. Al pobre que hacía años estaba ahí, lo intimaron a echarnos o le levantaban el programa. A las tres semanas se siguió negando y lo fueron. Hablame de medios corderos… Nos dio tanta culpa (porque Jorge amaba lo que hacía pero tenía principios) que nos fuimos a Buenos Aires, iniciamos los trámites, compramos los equipos y las antenas y en pleno 2001 (si, justo ese año) estábamos transmitiendo. Jorge recuperó su programa sabatino, podía decir lo que quisiera y de quién quisiera, incluso de nosotros. Así nació Radio Nativa, decenas de vecinos pasaron por sus estudios, acompañamos todas las movidas, pero sin dudas el programa que nos emocionaba era Nativitos. Pibes de la escuela 49 de 10 años que se producían, locutoreaban y ¡hasta se operaban ellos mismos! Logramos generarle el amor a la radio y al periodismo. Hoy nos cruzamos por Sierra con alguno de ellos ya grandotes y recordamos con nostalgia esos días.

Luego en épocas de la Cumbre de las Américas, vino el diario 0223 y la expansión a Mar del Plata. Ya éramos un grupo editor y le pusimos Sierra, Grupo Sierra. Ahí sí que estaba brava la cosa. Había que enfrentarse con los patrones de los patrones de la Sierra. No costó mucho imponerse como el portal más leído de la ciudad. La gente estaba ávida de las otras noticias, las que por lo que sea los medios corporativos no publican. Así fuimos incrementando nuestro “Club de Amigos”, pero nunca nos importó que pensaba el poder, la gente común y los lectores, nos protegían.

¿Y LA LEY DE MEDIOS?
En 2009 pensamos como todos los medios chicos que venían nuevos vientos en las comunicaciones sociales, se debatía la Ley de Medios. La militamos, hablamos en las audiencias públicas del Congreso y nos confederamos con pequeñas empresas y cooperativas similares. Pero fue un fiasco, se metió el partidismo, la falta de interés por los medios chicos del interior y una obsesión cuasi enferma con limitarle el poder al grupo editorial más hegemónico, diabólico y prepotente de la historia (Clarín) que simplemente se hubiese resuelto apoyando de verdad a los pequeños medios locales. Porque en definitiva ¿Cómo nos informamos en el interior? Si, con el canal y los medios de cada ciudad y pueblo. Nadie hubiese consumido ninguno de los 400 canales de Clarín si hubiera tenido medios locales fuertes, independientes y sustentables. El centralismo porteño como en la época de Mitre y La Nación volvió a predominar en los Mariottos, Sabbatellas y otros. Fue un boomerang.

A pesar de ello en esos años fundamos Telecuatro acá en Sierra, Canal 6 en Mar del Plata y Canal 6 en Pinamar y aunque nunca nos permitieron subirlos a la Televisión Digital, hoy subsisten como pueden.
Más tarde llegó 24baires un diario digital para toda la Provincia y ahora Interfibra que se ha transformado en el proveedor de internet por excelencia en la zona y muy pronto con la instalación de redes de fibra óptica por toda la Delegación prestará el servicio de TV y Play más moderno que se conozca.

En definitiva, “Pasaron Cosas” como diría el Presidente, desde aquel fitito repartiendo el diario casa por casa hasta hoy, podrán acusarnos de mil estupideces, por rencor, envidia o incapacidad posiblemente, pero nunca de falta de profesionalismo (algunos cumplimos 45 años en esto), deshonestidad intelectual o infamias. Hacemos lo que nos gusta, nos divertimos, nos adaptamos a los tiempos y todo empezó con un simple “diarito” que como decíamos al principio de la nada, es el único diario del mundo que le importa lo que pasa en la esquina de tu casa. ¡Salud Nueva Sierra!

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