Lo que el psicoanálisis y la psicología pueden aportar al contexto actual

DE “ENEMIGOS INVISIBLES”

La pandemia del coronavirus vino a interponerse en el ritmo de nuestras vidas de manera disruptiva e inesperada. El aislamiento social, preventivo y obligatorio se impuso como única estrategia para sortear una “catástrofe sanitaria”. Las reacciones ante este acontecimiento súbito, son tan variadas como individuos existen, teniendo en cuenta que somos sujetos singulares, con nuestras propias creencias, historia, deseos.
Sin embargo, algunos psicoanalistas, localizan dos grandes extremos de las respuestas defensivas ante esto amenazante que viene a irrumpir en el orden de nuestra cotidianeidad: la negación y el pánico. En este sentido, declaramos en esta batalla, más de un “enemigo invisible”, tal como definió al agente infeccioso el primer mandatario de nuestro país. El extremo de la negación se alinea con la omnipotencia, y se expresa en frases como “a mí no me va a pasar nada”, “están exagerando”, “es un invento del capitalismo (o de los medios)”, entre otras. De modo que nos encontramos con un nuevo “grupo de riesgo”, a los ya conocidos para el virus. En el otro extremo, el pánico, como un estado de terror, que paraliza, y vuelve todo peligroso, incluso al otro.
Tales reacciones límites, tienen su origen en los mismos sentimientos: el miedo y la angustia. Ante un peligro real, localizable, las personas reaccionamos con miedo, por lo que uno puede anticiparse y cuidarse de esa amenaza. Frente a un “enemigo invisible”, como el coronavirus, que puede estar en cualquier lado, aparece la angustia, entendida esta última como el afecto ante un peligro indeterminado, indefinido. Es decir, que en este caso, se reúnen ambas propiedades, ya que se sabe cuál es el peligro, pero no se logra localizar.
Por otra parte, está la angustia y preocupación de muchos, por las consecuencias económicas del cese de actividades. Se abre un impasse, y la necesidad de readaptarse en un contexto incierto.
El efecto subjetivo de esta coyuntura, dependerá de la estructura y recursos psíquicos de cada uno, su modo de procesar esos afectos y elaborar el acontecimiento.

“VIRALICEMOS LA RESPONSABILIDAD”
La estrategia defensiva frente al COVID-19, el aislamiento, comporta varias aristas. En primer lugar, es necesario decir, que tiene en el contexto actual, la particularidad de encerrar un sentido opuesto, si al poner en serie al aislamiento con la individualidad, reparamos en el acto solidario que involucra. Al decir de Marta Gerez Ambertín, “La Peste no será vencida con actitudes negadoras, egoístas, irresponsables o llanamente estúpidas como la de ciertos payasos mediáticos. La necesidad de distanciarse físicamente de los otros debe tener el reverso de estar más cerca que nunca en lo moral, afectivo, económico y social. La Pestilencia ha caído sobre el País, atañe y compromete a todos”. También la psicoanalista Irene Meler, invita a deconstruir la antinomia individualidad-colectividad, y “entender que somos responsables de modo individual de la situación colectiva”.

#YOMEQUEDOENCASA
Tenemos que reconocer (si no agradecer) que aunque la cuarentena es una estrategia medieval, la nuestra se da en la postmodernidad, en la que la hiperconectividad, permite un aislamiento sin ruptura del lazo social. Además de estar en permanente contacto (incluso visual) con nuestros seres queridos, allegados y hasta desconocidos, nos mantenemos informados (en ocasiones sobreinformados), contamos con variada oferta para el ocio (series, películas, juegos, lecturas), logramos en muchos casos la continuidad pedagógica de nuestros hijos, o la propia, entre otra infinidad de posibilidades que nos brindan las redes de comunicación y las nuevas tecnologías. En este contexto, el aislamiento no es más que distancia física.

DIME CON QUIÉN TE AÍSLAS…
Claro que no a todos los encuentra en la misma situación. Hay quienes la cuarentena los sorprendió solos, y tal vez tengan que lidiar con eso, o encuentren una oportunidad para enfrentarse con su intimidad. Están los que se aislaron con niños, de quienes conocemos su elevada demanda y esto puede ser una fuente más de estrés, aunque también convertirse en la posibilidad de un encuentro postergado. Dejemos para otra publicación el aislamiento con adolescentes (muchos en el grupo de riego comentado al principio, propio de la edad). Tal vez haya a quienes la cuarentena los encontró con una nueva pareja, y ahí podríamos escribir un libro sobre “El amor en los tiempos del coronavirus”.

QUE SEA VIRAL
Estas últimas notas de humor, me recuerdan otra oferta de la hiperconectividad, que no fue mencionada: los memes. Freud, en 1905, consideraba al humor la más elevada operación defensiva frente a la posibilidad de sufrimiento. En sus palabras, «La esencia del humor consiste en que uno se ahorra los efectos que la respectiva situación hubiese provocado normalmente, eludiendo mediante un chiste la posibilidad de semejante despliegue emocional”. Tenemos ahí, entonces, otra forma en que tramitamos el miedo y la angustia en tiempos de confinamiento.

RECOMENDACIONES PSICOLÓGICAS ELABORADA POR LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
El psicoanálisis no brinda recetas o respuestas universales a las vicisitudes de los sujetos, sabe de la singularidad de cada uno, y tal como se esbozaron más arriba, las situaciones son muy variadas y hay una amplia gama de respuestas de cada individuo ante las mismas. Puede ser de utilidad, no obstante, ofrecer a los lectores las “Recomendaciones psicológicas para afrontar la pandemia”, elaborada por la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, en el marco de esta emergencia:

RECOMENDACIONES Y CONSEJOS PARA AYUDAR A CONTROLAR LA ANSIEDAD EN RELACION AL CORONAVIRUS:
– Mantener los horarios del sueño. – No sobreexponerse a noticias y consultar solamente fuentes confiables (organismos oficiales, instituciones prestigiosas) y en momentos del día establecidos (por ejemplo, al mediodía o a la tarde, y no tanto al despertar o antes de dormir).
– Aunque no vaya a salir de su casa, quitarse el pijama o la ropa de dormir para evitar la sensación de discontinuidad y poder organizar los ciclos del día. – Proponerse aprender algo nuevo a través de tutoriales o cursos online, hay muchos gratuitos y de calidad. – Hacer una rutina de ejercicios físicos periódica en casa, siempre tomando en cuenta que es una situación especial. – Continuar accediendo a la naturaleza y a la luz solar siempre que sea posible. – Alimentarse bien y mantenerse hidratado.
– Mantener sus redes sociales de contención emocional con sus familiares, amigos y personas de confianza a través de medios digitales. – Limitar los grupos de chats que difunden noticias, muchas de ellas falsas o erróneas ya que promueven pensamientos negativos y catastróficos y le imponen a nuestra mente un sobre esfuerzo.
– Ser considerado con uno mismo, con sus estados emocionales, teniendo presente que los cambios de rutina tan abruptos, la incertidumbre y la amenaza de la pandemia afecta nuestro estado emocional por más saludables que seamos. – Considerar que esto mismo le ocurre a los demás, por lo tanto, intentar ejercitar la tolerancia con nosotros mismos y con los demás. – Las personas somos seres rutinarios, sociales y valoramos la previsibilidad. Tengamos presente que la pandemia en pocas semanas alteró todo esto. El cambio implica desarrollar conductas flexibles y adaptativas a esta situación con la finalidad de afrontarla positivamente. El armado de nuevas rutinas es un desafío, requiere flexibilidad y tener en cuenta que es un esfuerzo el cambio de rutinas muy abrupto. – Si se tienen hijos o menores cercanos, es importante hablar con ellos. Converse sobre la información oficial sobre el coronavirus en un lenguaje adecuado a la edad y de manera honesta. Recuerde que la familia y los afectos observan nuestras emociones y comportamientos. Un buen ejemplo de comunicación acerca de la importancia de la higiene de manos está disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=H6EMAreCOYE
Los niños tanto como los adultos requieren mantener espacios de juego y divertimento que promuevan emociones positivas. – Si vive en espacios reducidos y en familia no los sobre exija con tareas. Tenga presente que respetar la cuarentena es ya un esfuerzo en sí mismo y como tal es valioso. – Converse en familia sobre el sentido altruista de las conductas responsables para que tengan sentido los esfuerzos. Buscar ayuda adicional. – Si se siente muy nervioso, triste, ansioso o que la situación afecta alguna esfera de su vida, busque un profesional de la salud mental. Siempre con la finalidad de encontrar modos constructivos de manejar la adversidad.

PONER PRIMERA
Hablamos más arriba de un impasse: “situación en la que se encuentra un asunto o problema que no progresa o al que no se le encuentra solución”, “punto muerto”. Aquí parece fundamental hablar del deseo, que en psicoanálisis es el motor. En claros términos, Ana María Tallar explica: “Le llamamos deseo a aquello que nos mueve a hacer algo. El deseo, en este caso, se complejiza porque aparece la idea de la muerte como algo peligroso, tangible y cercano. Lo que se puede oponer a esta sensación de muerte, es mantener vivo el deseo que cada uno lo habrá construido en aquello a lo que uno lo motiva y lo liga a la vida, que es lo que uno le gusta y puede hacer”. Más allá de las recomendaciones o “tips” que puedan ofrecerse, la salida singular, personal, única, de cada quien, se enlaza a ese deseo.

María Abigail Vazquez
Lic. en Pisicología
Mat. Prov. 47.200

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