El 29 de diciembre cuando terminaban de apagar uno de los cientos de incendios de ese mes, se hizo presente en el Cuartel el Intendente Arroyo. Era cerca de la una y media de la madrugada. En ese mismo momento el Concejo Deliberante estaba aprobando por unanimidad una ordenanza que los autorizaba a la venta de calcos y merchandising bomberil en algunos semáforos de Mar del Plata. El martes 10, los dirigentes se enteran por los medios que el mismo intendente que en el cuartel se había comprometido a promulgarla el mismo lunes ¡la había vetado! Ahí se venía el sirenazo…Los Bomberos Voluntarios de Sierra de los Padres habían tenido un diciembre infernal que siguió en enero. El mismo 29 de diciembre cuando terminaban de apagar por tercera vez en el mes los campos alrededor de las antenas y algunos miembros de la Comisión Directiva les preparaban un plato de comida a los últimos bomberos que bajaban de la sierra, se hizo presente en el Cuartel el Intendente Arroyo. Era cerca de la una y media de la madrugada.
En ese mismo momento también la otra mitad de la Comisión estaba en el Concejo Deliberante esperando que los ediles aprueben una ordenanza que autorizara la venta de calcos y merchandising bomberil en algunos semáforos de Mar del Plata.
Luego de una extensa charla con el jefe comunal sobre la situación de la Sierra, el mismo Arroyo preguntó de qué manera podía colaborar con el Cuartel. “Le dijimos entre otras cosas que en ese momento se acababa de votar una ordenanza para poder ofrecer calcos y casquitos en los semáforos” relató el Presidente de la institución, Carlos Vazquez, “que por favor la promulgara lo más rápido posible para imprimir el material y salir a la calle”. Ahí según explicaron otros miembros presentes, el intendente se comprometió esa noche a hacerlo inmediatamente “el mismo lunes”.
Pasaron los días y la ordenanza votada por unanimidad no se promulgaba. Hasta que el martes 10, los dirigentes se enteran por los medios que el mismo intendente que se había comprometido a colaborar ¡la había vetado! Ahí se reunió de urgencia la Comisión Directiva y la Jefatura y decidieron en función de que ya que nos los dejaban recaudar por sus propios medios que al menos la Municipalidad pagara una deuda que mantiene con el Cuartel desde el año 2015 y que en la actualidad ascendería a 720 mil pesos, para paliar la inmensa cantidad de gastos que hubo en un mes con más de 100 salidas.
SIRENAZO
Así fue como se decidió implementar una movilización denominada “Sirenazo por lo que es nuestro” a la puerta de la Municipalidad con varias unidades y personal del cuerpo. Ya se había acordado con varios Cuarteles vecinos que cubran el de Sierra mientras se realizaba la misma.
La difusión del evento en casi todos los medios de la ciudad provocó, además de la solidaridad de muchos vecinos de la zona dispuestos a acompañar con sus bocinas, la reacción inmediata de los funcionarios municipales que citaron a la Comisión a “dialogar”.
Fueron dos días de reuniones de hasta seis horas con el intendente y sus funcionarios que intentaban explicar los “motivos técnicos” del veto, hasta que finalmente el mismo Ejecutivo por medio del Concejo Deliberante impulsó la marcha atrás de la prohibición por medio de un Decreto e inmediatamente se comenzó con esa campaña de recaudación.
Luego de la controversia desde la página oficial del Cuartel en Facebook comunicaron: “Queremos agradecer la predisposición de funcionarios y concejales, pero sobre todo el apoyo de la inmensa mayoría de los vecinos que nos alentó y se ofreció a acompañarnos. ¡GRACIAS A TODOS! Ahora a trabajar”.
Deja un comentario