Editorial: Dolo que duele

Ya no se trata de desinterés o abandono, no es negligencia, lo que hay, de parte del Intendente y tantos otros funcionarios tanto municipales como provinciales, es dolo. Porque no ignoran la realidad, porque conocen las consecuencias de lo que hacen y lo que no hacen.

¿Cuál es la diferencia?
La negligencia es falta de cuidado, aplicación y diligencia de una persona en lo que hace, en especial en el cumplimiento de una obligación. Es el error o fallo ‘involuntario’ causado por esta falta de atención, aplicación o diligencia.

El dolo es engaño, fraude o simulación llevados a cabo maliciosamente con la ‘intención’ de dañar a alguien. En derecho es la ‘voluntad’ deliberada de cometer un delito, a sabiendas de su carácter delictivo y del daño que puede causar.

Quién puede creer que dos móviles policiales pueden dar seguridad a nueve barrios en una extensión de más de 64.000 hectáreas, la tercera parte del Partido. Ni hablar de la Policía Local, que otra vez en la zona brilla por su ausencia. Según la página oficial de la Municipalidad de General Pueyrredón “Su zona de influencia abarca desde el barrio San Jorge (Ruta 226 Km 5) hasta el Paraje El Dorado (Ruta 226 Km 36 y 1/2)”.

El Municipio anuncia con bombos y platillos que obtuvo un puntaje de 87% de apertura de la información y que Mar del Plata se posiciona séptima en el Índice de Datos Abiertos de la Argentina, sin embargo no puede o no quiere entregar a la Universidad los datos económicos de nuestra zona, mientras firma con la misma Universidad un convenio con el objetivo de aplicar estrategias relacionadas al concepto de Ciudades Inteligentes.

Si recordamos las palabras del Secretario de Salud, allá lejos y hace tiempo, iba a traer a la zona una ambulancia de alta complejidad, trajeron una, sí, y bienvenida sea porque es mejor que nada, pero de baja complejidad y sin médico. Pero sabían lo que hacían, conocen la diferencia, por eso buscaron las firmas de entidades y vecinos para avalar lo que estaban haciendo. Porque sabían que estaba mal.

Ni el Intendente, ni la Gobernadora, ni sus funcionarios ignoran la realidad, simplemente la omiten voluntariamente. Sabemos que esto se repite en muchos otros sectores de General Pueyrredon y muchos más de la provincia de Buenos Aires, pero eso no debería conformarnos.

Hoy a los problemas cotidianos de infraestructura y servicios que padecemos desde hace años, se suman las agravadas dificultades económicas por las que otra vez comienzan a atravesar nuestros vecinos. Tarifazos, aumentos de precios y de la desocupación, depreciación de los salarios y el consiguiente aumento de la inseguridad. Si todo esto no es dolo, son unos verdaderos inservibles.

Miriam Leo
miriamleo@sierradelospadres.com.ar

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