La Cabaña serrana “Don Romualdo” premiada en la 44º Exposición Nacional Angus

Petaca, la ternera premiada hace pocos días en Olavarría, se hizo famosa a través de una nota de La Nación de Mariana Reinke, gracias a ella pudimos conocer parte de la historia de nuestro vecino Ángel Aguilera. Sin dudas muchos lo conocemos y a su familia, pero tal vez no tantos sabíamos de la pasión y el compromiso que siente por su trabajo, que es lo que lo llevó a competir por primera vez con Petaca en la 44º Exposición Nacional Angus de Primavera.

De esta manera, Ángel Aguilera, en su debut como expositor, consiguió el 3º premio con una ternera de Angus. “Cuando el jurado, en medio de la pista, señaló y eligió a su “Petaca” como Tercer Hembra en su categoría, el cabañero Ángel Aguilera, que observaba desde la tribuna, no pudo contener la emoción” dijo Reinke en su nota.
En declaraciones a ese medio contó “Mi pasión por las vacas nació de chico, mi abuelo era encargado de un campo y cada vez que podía iba a visitarlo en los veranos y ayudarlo en las tareas. Mi padre era lechero, compraba leche en los tambos y la repartía en carro en el pueblo. Cuando pudimos acceder a una chacra de 24 hectáreas, le dije de comprar unos terneros y darles de comer”.

Primero, hace cinco años, compró una vaca de pedigree, después un toro y luego una vaquillona. Y, en ese devenir, empezó a codearse con propietarios de grandes cabañas que le dieron una gran mano para arrancar. Hace tres años decidió ser socio de Angus y crear su cabaña a la que llamó “Don Romualdo”, en honor a su padre: “Soy de un espíritu inquieto, muy observador y fui interiorizándome, preguntando y aprendiendo en las distintas exposiciones a las que iba”.

Y este año ya se animó a competir con los grandes. “Queríamos tener una experiencia y me ilusioné. Esta ternera que obtuvo el premio, es un embrión de la cabaña Don José de Mammoliti, que la tenemos a medias”, detalla. Para el cabañero, el logro obtenido es más que un tercer puesto, es la recompensa de un enorme esfuerzo familiar, “A esta ternera la vi nacer, la crié de chiquita y la preparé yo junto a mi hijo Julián”.

Era el debut soñado. Por nervios y un poco de inseguridad de principiante, Aguilera no quiso entrar a pista a Petaca para “no cometer errores y no desperdiciar tampoco el trabajo anterior” y se la dio a un amigo que “sabe mucho” para que la presente.

Su historia comenzó a sus 25 años cuando le propuso a Don Romualdo, su padre, dejar de ser lechero y comenzar a criar vacas. Sin tener ninguna relación con la actividad, entusiasmó a su familia para que lo acompañen en el emprendimiento ganadero. Y, “como jugando”, comenzaron a engordar esa hacienda. Con el tiempo fueron creciendo un poco más, hasta que llegaron a un techo, donde ya no podían meter más animales por la escueta superficie de su establecimiento. “Entendí que la única manera posible de seguir creciendo era con genética, como valor agregado. Y me entré a entusiasmar con eso”, les dijo.
En la actualidad, su cabaña tiene 10 madres y un toro padre. Hace inseminación y compra cuando puede algún embrión. También tiene algunas hembras PC y ahora quiere comenzar a hacer algunos toros para vender en la zona.

Deja un comentario

Tu email no será publicado